La empresa, ubicada en pleno corazón de la zona industrial de Bogotá, le está apostando a la innovación y a una mayor conciencia de su huella ambiental, acelerando así el camino hacia las tecnologías sostenibles.
Son
varias las apuestas que realiza en el camino de reinventarse y
mostrarse como una empresa renovada, que atiende las necesidades tanto
de sus consumidores tradicionales como de los jóvenes, con nuevas líneas de productos y procesos de producción más amigables con el ambiente.
En
esta línea, la empresa de alimentos estableció una alianza con Codensa,
con el fin de desarrollar el proyecto más grande de energía fotováltica
que existe en Bogotá y que promueve el desarrollo de energías limpias.
Con
1.080 paneles solares, la compañía que genera ventas anuales por unos
$80.000 millones, cubrió parte del techo de la fábrica, desde donde se
generarán 490 megavatios de energía cada año, lo suficiente para
abastecer cada mes a 3.300 hogares.
Los
motivos para implementar este programa de energía solar, que demandó
una inversión cercana a los $1.400 millones, responden a necesidades
económicas y ambientales, pues permitirá reducir el costo de su
carga eléctrica, sumado a los beneficios tributarios, arancelarios y de
depreciación que ofrece la Ley 1715, que tiene por objeto promover el
desarrollo y el uso de fuentes no convencionales de energía.
Con
este proyecto, la empresa sustituirá el 13% del consumo anual de
energía. Andrés Goggel, gerente de Proyectos Especiales de la compañía,
señala que la idea a futuro es comprobar el funcionamiento del programa y
valorar que las proyecciones de generación sean las correctas y si todo
sale bien ampliar la iniciativa en 2.500 paneles con el fin de vender
energía al sistema como lo establece el decreto 0570 de energías
renovables del Ministerio de Minas, el cual está pendiente de ser
reglementado para que las empresas puedan implementar este tipo de
iniciativas.
Tenga en cuenta: Colombia da sus primeros pasos para implementar energías renovables
Paralelamente
a los ajustes que Ítalo está implementando dentro de la planta
industrial, los objetivos para lograr mayor eficiencia ambiental también
apuntan a temas de logística y transporte. Desde el 2017 la empresa está haciendo pruebas para que su flota de vehículos sea eléctrica.
Apuesta comercial
Sumado al tema ambiental y en aras de lograr crecimientos sostenidos, la empresa también desarrolla proyectos en materia de producción y comercialización con el fin de satisfacer no solo las necesidades de sus consumidores actuales, sino de los nuevos (jóvenes).
Hoy,
además de su línea de productos tradicionales que incluye las galletas
Wafers, galletas rellenas, chocolates rellenos, chocolates con
almendras, chupetas de chocolate, chocolate con maní, gomitas para
grandes y chicos, caramelos y almendras francesas, entre otros, la firma
tiene una línea de productos sin azúcar además de una de snacks que
lanzó a finales del año pasado para llegarle a los milenials.
Con
un portafolio que incluye 500 referencias de productos, la compañía que
abrió la planta de producción en 1928, hoy tiene una capacidad
instalada de manufactura de 11.300 toneladas al año y genera empleo para
más de 700 colaboradores distribuidos en oficios administrativos y en
la planta.
Todos los
proyectos apuntan a lograr mayores eficiencias y alcanzar en el presente
año un crecimiento superior a 10% en sus ventas que incluyen
tanto mercado nacional, como externo pues exporta el 3% de la producción
a mercados como el de Costa Rica, Panamá, Cuba y Puerto Rico, entre
otros.
Comestibles Ítalo distribuye sus productos en
todo el territorio nacional, donde cuenta con más de 13.500 clientes
activos y un equipo comercial que sobrepasa los 150 colaboradores.
De esta forma, la empresa proyecta continuar con la consolidación de su mercado y realizar su operación de una forma eficiente.
Informaciòn tomada de dienro.com
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