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domingo, 15 de abril de 2018

Lo que los gritos no pueden tapar

Daniel Coronel - Opinón Información tomadad de semana.com 

El expresidente Álvaro Uribe intentó callar a gritos al senador Carlos Fernando Galán 
por  atreverse a mencionar el negocio de la Zona Franca de Occidente, que llevó a sus 
dos hijos de estudiantes a multimillonarios en el curso de unos meses y durante su gobierno
Cuando el eco de la ira del hombre más poderoso de Colombia retumbaba aún en el 
Capitolio, cientos de cuentas en redes sociales empezaron a replicar mentiras y medias
verdades, deformadas maliciosamente, para desacreditar a los hijos del asesinado líder
 Luis Carlos Galán.

El método es el de siempre. El feroz matoneo sofoca el escrutinio y sirve para desalentar 
cualquier pregunta sobre el tema porque el que se arriesgue recibirá el mismo tratamiento.

Sin embargo, hay hechos que la gritería no alcanza a ocultar.

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Primero, Tomás y Jerónimo Uribe pudieron hacerse ricos, en buena parte, por decisiones 
de la Alcaldía de Mosquera ejercida por Álvaro Rozo Castellanos. Segundo, la empresa 
de los Uribe le vendió a un precio increíblemente bajo a la familia de Álvaro Rozo unos 
terrenos aledaños a la zona franca. Tercero, en poder de la Justicia hay pruebas de que 
hubo un plan para reservar una parte del terreno para el alcalde Rozo. Y cuarto, 
el expresidente Álvaro Uribe ha actuado como padrino político de la hija del exalcalde 
Álvaro Rozo.

Empecemos por el final. La hija del antiguo alcalde de Mosquera Álvaro Rozo Castellanos 
es hoy la ahijada política de Álvaro Uribe, quien incluso se ha subido a la tarima con ella
 para promover públicamente su candidatura a la Asamblea de Cundinamarca.


Yenni Rozo fue además incluida, con mano generosa, en la lista del Centro Democrático
al Senado con el número 21.
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El propio Uribe grabó un comercial de televisión diciendo que la hija del cuestionado
alcalde Rozo “representa los valores del Centro Democrático”, entre ellos la transparencia.


El pan se les quemó en la puerta del horno. Por unos pocos votos Yenni se quedó con
las ganas de ser senadora, pero no se va a aburrir. Ella es accionista de una empresa
de construcción llamada Arcast, evidente acrónimo de Álvaro Rozo Castellanos.
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Entre las propiedades que Arcast vende está el Parque Industrial Santo Domingo,
construido en las inmediaciones de la zona franca de los hermanos Uribe.


Los terrenos del Parque Industrial fueron comprados a la empresa FC Lotes Mosquera,
de los hermanos Uribe, por una sociedad llamada A. L. C. Entre los accionistas de esa
empresa está la frustrada senadora Yenni Rozo, junto a otros hijos del alcalde Rozo y
un hermano de él, llamado Luis Rozo.


Años después de estos hechos, cuando los investigadores de la parapolítica
 buscaban pistas sobre las actividades criminales de Mario Uribe, allanaron
la oficina de abogados Sanín y Duque en Medellín. Allí encontraron un cuaderno
 manuscrito que establece cómo se hizo el reparto de las tierras de Mosquera.

Un revelador párrafo dice: “Las otras 19 hectáreas para el (alcalde) a nombre
de Luis Rozo y Efraín Fernández”. Esa prueba duerme olvidada en un anaquel
de la Fiscalía.


Los Rozo compraron a un precio estupendo. Pagaron 19.000 pesos por metro
cuadrado. Dos días más tarde otros compradores les pagaron a los Uribe
el triple del valor por terrenos en la misma área.
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¿Por qué tanta generosidad y desprendimiento de los prósperos delfines?

Durante la alcaldía de Rozo se tomaron dos decisiones que hicieron posible
el millonario negocio.

En primer lugar, se expidió el plan parcial que permitió cambiar el uso de la
tierra de “expansión industrial” a “industrial”.


Álvaro Uribe y sus hijos llevan años mintiendo, asegurando que es lo mismo,
pero la norma señala que sin plan parcial no es posible desarrollar
industrialmente un terreno.


El segundo favor consistió en cambiar el índice máximo de ocupación
de la construcción. Inicialmente era del 50 por ciento, la otra mitad de
la tierra debía dedicarse a zonas verdes.


La alcaldía de Rozo lo cambió para subirlo a 75 por ciento y permitirles
que los parqueaderos se construyeran dentro del 25 por ciento restante.

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